miércoles, 6 de octubre de 2010

El pensador parte 1

Esta es la historia de un niño corriente. Un niño con miedos que representan a la gran mayoria de las personas. Era, no obstante, un niño algo callado pero no tenia ningun problema para relacionarse. Simplemente no profundizaba en las conversaciones y se sometia a los temas que le exponian. Solo alguien con gran agresividad verbal conseguia hablar con el y sacarle algo a su corazon de niño corriente.

Como todo niño, este jugueteaba con sus cosas y sus mundos. Dado que es un niño tomaremos que es un mundo agresivo y liderado por la violencia de las armas del oeste. A menudo, estos delirios infantiles que todos hemos tenido bloqueaban la percepcion del muchacho y loa difuminaba. Esto solia ocurrir cuando su madre le llamaba e interrumpia sus aventuras. El niño veia como la realidad se desvanecia como lo que el imaginaba era nada mas que eso, solo su imaginacion.

El niño de precoces pensamientos veia que su imaginacion estaba hueca. Podia imaginarse todo lo que quisiese y el sabia que no existia que solo era una placebo mental para ser feliz. Pero un niño no distingue que es real y que no.

A menudo que llegaban las tardes al parque , las aventuras se sucedian. Estas siguieron igual que antes pero la mente inquieta de este individuo llevo a la experimentacion. Dado que todo lo que imaginaba carecia de esencia ¿podria atravesar con sus manos dichos objetos y demostrar que no son reales?

El problema de estas investigaciones (ademas del pobre presupuesto) era que no solo vio que su imaginacion carecia de esencia, sino que tambien la realidad carecia de la misma. Probo a deshacer sus enemigos imaginarios, los indios de america, y segun los tocaba desaparecian. Tambien lo corroboro con la arena, tan fina que se le escapaba de sus manos, con las piedras de barro que una vez lanzadas estallaban en mil pedazos, con las ojas que una vez llegaba el otoño se camuflaban con la tierra y nunca mas se volvia a saber de ellas. Pero como siempre, el hecho de acertar en un planteamiento hizo que se cegase, como sabemos, las personas prefieren escuchar sus aciertos, por muy tristes que sean, antes que a los fracasos.

De este modo, el niño se envalentono con sus afirmaciones. Ahora que estaba seguro solo quedaba comunicar sus conclusiones a otros seres. Intento hablar con sus compañeros de parque pero eran demasiado pequeños e inocentes como para plantearse la falta de esencia de la realidad. Por suerte, la simpleza de estos niños no condeno a nuestro pequeño filosofo a una terapia de electroshock.

Una vez fracasada la propaganda sobre estos muchachos. Llego la hora de acercarse a los adultos. Estos, tan envueltos en la burocracia de la sociedad, no escucharon las divagaciones de nuestro protagonista. Simplemente le ordenaban que hiciese cosas de niños.

La ira se desato. Necesitaba una certeza mas fuerte. Algo que llamase la atencion tanto de los niños como de los adultos. Solo buscaba saciar la soledad del pensamiento. Hasta entonces solo habia podido demostrar la falta de esencia de las cosas en sustancias inorganicas que no eran relevantes (arena, barro, hojas, agua, etc). Y todas las demostraciones en disgregar la materia confundiendo el concepto de esencia con el de sustancia.

Asi fue como una tarde, en su querido parque, este niño aparecio con un gato desmayado ( o muerto, vosotros elegis). Se subio al columpio mas alto con el animal. Nadie desvio la atencion. Fue entonces cuando, tras un grito, el niño decidio clavar las uñas al gato. Poco a poco, mientras la sangre empezaba a manar, los dedos se fueron hundiendo en el animal que no daba señales de vida. Ahora si, todo el mundo estaba atento de nuestro niño corriente. Miraban aterrorizados y paralizados, como quien lee la entrada escrita de madrugada en un blog de una red social. Finalmente las manos se hundieron por completo. Cuando procedia a explicar su teoria un adulto le golpeo y le bajo del columpio.

Su intento fallo. El niño ahora, sin embargo, habia llamado demasiado la atencion. Los hechos que habia provocado su pensamiento le condenaban a la locura.


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1 comentario:

  1. Jaja maldito niño.
    Esta muy bien el relato, a ver si actualizas el blog más asiduamente!

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